La relación entre los medios de comunicación y los
políticos ha sido siempre tensa y complicada. Ambos se necesitan, pero se
tratan con mucha desconfianza. Un político necesariamente tiene que salir en la
prensa en algún momento para divulgar su mensaje y hacerse atractivo para el
electorado.
En todo el mundo los medios tienden a vender noticias
vinculadas al escándalo, y lamentablemente, los políticos les dan mucho
contenido a diario para sus publicaciones. Los altos índices de corrupción en
el país han llevado a que no pase un solo día, sin que los diversos medios del
Perú no traten algún caso de corrupción política. La cantidad de denuncias
justificadas o no justificadas es tal, que la opinión pública involuntariamente
se ha insensibilizado frente a este tema. La opinión muy arraigada en la
población que todos los políticos, sin excepción, son corruptos, tiene también que
ver con esta sobre explotación de la noticia vinculada a la corrupción. Este
fenómeno ha incrementado aún más la sensación de desconfianza hacia las
instituciones y la política por parte de la población. Algunos medios
sensacionalistas, además, no tienen reparos en lanzar acusaciones frente a
personajes públicos, antes que se haya podido probar alguna culpabilidad. Esta
actitud no solo es éticamente cuestionable, sino que pone de cabeza el
principio base en un Estado de Derecho: la presunción de la inocencia.
Por otro lado, los medios lógicamente también
contribuyen a fiscalizar y a esclarecer casos de corrupción, que de otra manera
pasarían desapercibidos. Pero para un consultor político, el trabajo con la
prensa será siempre clave y espinoso a la vez. Es importante llevar una buena
relación con los periodistas que cubren al candidato, pero sobre todo es
importante que el candidato sea muy transparente con sus asesores, ya que
cualquier revelación posterior de alguna conducta inapropiada del político será
explotada inmediatamente por la prensa para generar noticia.
Sería importante analizar qué tipo de políticos busca
la gente en un ambiente de desconfianza generalizada y angustia diaria por su
seguridad. Lo más cercano sería pensar en personajes relacionados al mundo
militar con cierto perfil autoritario. No obstante, el Perú ya se ha jugado esta
carta varias veces.
Cabe resaltar que los medios más importantes y formales del país se han dado cuenta de que las cosas no pueden seguir así, y están trabajando en proyectos de participación ciudadana, sensibilización de la población en temas de democracia y en debates con políticos sobre temas importantes de coyuntura. Estas iniciativas deberán ser aprovechadas con miras a las siguientes elecciones presidenciales 2016 por parte de los candidatos para posicionar sus mensajes de manera propositiva y constructiva.
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